18/6/17

Poema de Susana Szwarc




La muerte atonta y hacemos como que olvidamos.
Hasta que un día nos sorprenden las hojas
en las ramas. De los recuerdos lloramos,
o comenzamos a vestir
el cuerpo. Crecen niñas altas
arrojadas hacia mí. ¿Ninguna explicación hay
para el desalme del que debiera ser árbol? Extraña
ciudad de un país ésta.
Algunos parecieran no saber nunca nada. Desmemoriados.
Desalmados. Muertos blandos.
¿Cambiar de estrategia?
Nos preguntamos con las niñas, y decimos no.
(Me arropan matacas siempre desde un patio. Ellas
avisaron: ahí son de hierro).
Niñas altas y bellas. Las abrazo como ese árbol que sí
ama a la madera. Hasta que digan basta.



© Susana Szwarc

4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Felicitaciones, uno de esos textos que te dejan sin palabras, y esa sensación de >"claro, esto estaba ahí, pero no lo veía..."

Claudio Simiz

19 de junio de 2017, 13:02  
Blogger MONICA ARAMENDI ha dicho...

"NINGUNA EXPLICACIÓN HAY PARA EL DESLAME QUE DEBIERA SER ÁRBOL" QUE BELLO Y QUE PROFUNDO!

19 de junio de 2017, 20:28  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Revelaciones, sublevaciones. Pequeñas y secretas. Gracias Susana.
Raquel Jaduszliwer

20 de junio de 2017, 22:21  
Blogger María Sonia Quevedo Hoyos ha dicho...


Pareciera no ser, y sin embargo existe esa “madera”, la memoria acurrucada.
Gran poema.

10 de julio de 2017, 15:01  

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