Poema de María Lyda Canoso
a “El
hermano menor”, de Kon Ichikawa.
son marrones son
sepia cuelgan de las paredes
el muchacho es tuberculoso y ladrón
triste es ver las escenas adonde pasa todo
pero es China
o Japón sí debiera ser Japón
el film ya había empezado
nada conmueve tanto como esos tonos
y que el chico se muera
y que haya sido ladrón
historia atemporal que muestra lo que viene siendo
sin historia anterior
una hermana protectora y un padre escritor
de ahí lo del hermano menor
el chico cae en la más cruel enfermedad
para la época se
entiende
entonces no había antibióticos
la hostería de Rio Ceballos
era tan alegremente triste
quizá muchos de los que allí veraneaban
estuvieran con un diagnóstico
medianamente confuso
entonces dejar que se defina el cuadro
en ese período de incertidumbre
no decir que uno tiene un problema
pulmonar
no toser jamás
en tal caso hacerlo bajo las cobijas
recuerdo el comedor con las cretonas
frutera con la naturaleza muerta
vida o muerte no
había división
entre un estado y el otro
quizá la naturaleza muerta
era una reproducción que dice “comeme”
o un pequeño cuadro
la memoria no establece dimensiones
lo grande lo pequeño
como esas manchitas que aparecen en mi placa
que autorizan a mi neumonólogo
susurrar acerca
de un remoto foco ya cicatrizado
todos son marrones o sepia
el muchacho es tuberculoso y es ladrón
triste es ver escenas donde lo que pasa
parece que sucediera en China
pero en Japón tal vez debiera ser
o quizá Río Zeballos
donde una niña pequeña
frágil como la fosforera
en una hostería con adornos de cretona
tose sin parar
© Marily Canoso
9 comentarios:
muy bien logrado, mas allá de la tristeza que me causa. felicitaciones por el tema. susana zazzetti
Fe de erratas: digo Río Ceballos.
me gusta, me gusta, me gusta!
"Con adornos de cretona tose sin parar"
triste y bello. Flora levi
Original, cotidiano, concentra en un hecho toda una época y sus tabúes, sus temores, sus fantasmas y su relación íntima con ella; el poema es ayer y hoy al mismo tiempo, es vos y yo y la memoria grabada a fuego como el olor a alcanfor. Yo misma fui a Río Ceballos por primera vez a veranear. Gracias Marilyn, esa cretona es, como el mantel de hule, inolvidable. Un poema fuera de serie.
Clé.
Entrañable, es dolorosa la escena y sin embargo, hay algo que convoca al anhelo de estar allí y quedarse, acompañando, hasta el final. Un abrazo Marily
raquel jaduszliwer
Como casi siempre en tus poemas, querida Marily, se sigue lo narrado en esas escenas-imágenes, tipo tabloide, que van hacia atrás y hacia adelante, de un espacio a otro y se encadenan...de Japóm a Río Ceballos: la enfermedad, el recuerdo, el dolor. Muy bueno!!Un abrazo! Inés.
Muy bueno, Marily!
Cariños
"...medianamente confuso/entonces dejar que se defina el cuadro..." de la memoria. Increíble técnica.
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