Deltísima
Ella agarra su bolso y sale,
pone rumbo al río
huyendo de las despedidas que arden en el paladar,
de los rehenes eternos de la melancolía,
de la cínica sonrisa de las naranjas
y se lleva al tiempo enmarañado en el pelo
como murciélago de primavera.
El tren, idiotamente enamorado,
le tararea una de
esas canciones de promesas
que nunca nadie llega a cumplir.
Por fin llega a la frontera
que divide lo humano y lo divino
y piensa cómo le sudarán las manos
cuando corra con el corazón acelerado
a contar sus hazañas a timoratos.
Entonces el río caramelo
y una tarde que pasa con sosiego de serpiente:
el bálsamo run run de la lancha colectivo
alentando a la ola
a que despeine los juncos,
exponiéndolo todo.
Un sauce aplaude excitado
y la pala adentro y afuera
adentro y afuera
convirtiendo en cristal el barro,
fortuna fresca entre sus manos.
Una guirnalda de pájaros negros
disimula carnavales y celebra
lo que alguna vez fue barcos,
exigiendo un striptease fatal del poema.
Pura pornografía la tarde, el río,
el exhibicionista barro, el poema
y ella ahí tan desnuda.
Pura pornografía.
© María Laura Coppié
tan perfecto tu sentido de la narración poética, tu dar momentos descriptivos casi exclusivos. me encanta tu estilo, maría laura. abrazo inmenso!! susana zazzetti
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ResponderEliminarEstaba ahí, en la lancha colectiva, con vos, el agua, los pájaros y la libertad.
Bello poema corazona.
Beso.
Alicia Márquez
precioso!!!!
ResponderEliminarEntonces el río caramelo, hermosa imagen, un saludo de Maria Luisa MARQUEZ
ResponderEliminarUn estilo diferente que ahonda en las miserias humanas y sus deseos
ResponderEliminarGraciela Licciardi
No sabía que eras tan gran poeta,María Laura.
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