28/12/16

Poema de Mariana Vacs


Mientras el sol se derrumba en la colina,
se convierte, el silencio, en presencia
y espanta.

Los oídos se colman de nada. Siguen
estáticos los cardones. Desaparece,
el viento en la quebrada y la tarde calla
su presencia.

Aturde.



© Mariana Vacs

1 comentarios:

Blogger Olga Liliana ha dicho...

La arrasadora fuerza del silencio.

29 de diciembre de 2016, 23:20  

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