16/12/16

Poema de Claudia Tejeda



Angelito negro 

Hay hombres que son como bares. 
Tienen los ojos náufragos 
de museo de botellas vacías. 
Lo sé porque mi padre era 
una mesita de tres con una silla sola 
y una ventana opaca. 
Yo quería esconderme en su solapa nocturna 
probar la complacencia del genio de esa lámpara 
con el codo vencido sobre el nylon grasiento 
de un mantel alquilado para la soledad. 
Yo quería aturdirme en la longitud del humo 
de su cenicero apuñalado de colillas 
meterme en su sombra calva 
para ordenar la deshora de su cordura 
y el vinagre de su aliento 
por un angelito negro aplastado en un bolsillo. 
Yo, la mosca adormecida en el ángulo del mostrador 
hubiera podido levantarle el brazo de campeón noqueado. 
A mi padre triste y sus llaves de errantes cerraduras 
y sus lunas de vidrio grueso en la nuez de la garganta. 
Su melancolía intragable en los sótanos de la ginebra. 
Sus temblores. 
Sus miedos. 

Me duelen los hombres que son como bares 
porque me vuelven la niña 
que no puede salvarlos.



© Claudia Tejeda

10 comentarios:

Blogger Elisabet Cincotta ha dicho...

Este poema me lleva a una parte de mi niñez. Bellísimo.

ABRAZO
Elisabet

16 de diciembre de 2016, 12:11  
Anonymous Anónimo ha dicho...

siempre este nudo en la garganta. no sé, este poema, claudia, vive en mi corazón, se me representa como propio aunque nada de ésto haya vivido. lo comparto con vos, por esta angustia notable, ese deseo de niña angelical de querer salvar el mundo. y has salvado muchas cosas, con tu poesía. tq. susana zazzetti.

16 de diciembre de 2016, 19:34  
Blogger Isabel ha dicho...

Espléndido poema en una melodía de sollozos. Imágenes subyugantes como la "melancolía intragable en los sótanos de la ginebra". Potente poema para hacer sentir la impotencia de los dos. Un abrazo Isabel Llorca Bosco.

17 de diciembre de 2016, 4:02  
Blogger Adriana ha dicho...

Excelente, Claudia. Tu poesía es una belleza, cualquiera sea su tema. Tenés el don de la palabra poética. Es un placer leerte. Gracias. Un abrazo. Adriana Maggio

17 de diciembre de 2016, 18:40  
Blogger Ines ha dicho...

Qué bien pintado el padre lejano- cercano y la necesidad y ternura de la hija. Abrazo, Inés.

17 de diciembre de 2016, 19:15  
Blogger sacanueces ha dicho...

difícil decir ante tanta dolorosa y melancólica imagen. lo que has dicho en este tremendo y maravilloso poema, duele. te sentí toda... me doliste toda... querida niña, tu don, tu palabra, tu poesía, salva, te salva!!! te admiro!!! un beso enorme, francisco

17 de diciembre de 2016, 19:47  
Anonymous Anónimo ha dicho...



Ay, cuánto dolor. Y cuánta belleza en tu poesía que rescata la desesperación del padre y también la de la hija. Hay imágenes impresionantes. Un poema sensacional.

Abrazo,

Alicia Márquez

19 de diciembre de 2016, 8:15  
Blogger Noemí Correa Olivé ha dicho...

La delicadeza poética no esconde el dolor por aquello que uno de ningún modo podía evitar. Abrazo, Claudia.

26 de diciembre de 2016, 13:58  
Anonymous Anónimo ha dicho...

un knock out en la mitad del pecho!!!

maria del mar

26 de diciembre de 2016, 14:19  
Blogger Gisela Galimi ha dicho...

Hermoso poema, salvados ambos en la poesía. Un abrazo Claudia

2 de enero de 2017, 8:43  

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