14/8/16

Poema de Sergio Kisielewsky



No te encuentro
Busqué el rubí que tenías en el bosque
Lo llevabas atado a una gargantilla de luz.
Llegué allí adorando tenerte tan cerca.
Sos un disparo del sonreír donde tembló el aroma.
Llevé tu ruido a la medianera
Y pude verte y es algo muy cercano a la dicha, un
monosílabo que acaba diciendo tu cuerpo son todas las palabras.

Ahora estás desnuda en un hotel y
no hay forma que mire el decorado, el témpano está afuera
y vos lo derretís sin manos.
Nueces para tu boca que hizo de mí un vándalo.

Hacemos un fueguito y todo estalla
Entramos en la carpa mientras un caballo se pierde en la oscuridad
Abro el cierre y lo veo, está allí mirándome y es un caballo alto
No tropezó con la estaca de casualidad
T e despertás a orillas del Futalaufken
Y me decís que es un bosque de maitenes y alerces
Hay un gran árbol de 2500 años.
Por allá está el sendero y veo a chicos de la mano
Evoco algo familiar, extraviado
van camino al pueblo y uno de ellos es el mayor.
Seguimos de viaje por los 7 lagos, el Lago Verde donde siempre llueve
y otra vez nos zambullimos en la carpa.

Me llamás por mi nombre en diminutivo.



© Sergio Kisielewsky

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