26/7/16

Texto de Graciela Perosio



     
      Altas palmeras azules como baobabs. A sus delgados troncos crece terco el filodendro y los helechos. Cosquilleantes helechos milenarios que se arquean, serpentean, espiralan, envolviendo las raíces hormigueantes de la orquídea. Allá, la flor como milagro oculto.

     ¿Cómo escarbar aquí hasta recomponerlas extraviadas palabras del olvido?

    Un breve ríp surge ante mí, se aquieta y mira. Un remolino del fluir que me interroga. Me acerco y veo en su lecho, un camino que duerme, se despereza.

    ¿Cómo contar esta maraña de senderos incrustados en la tierra y ese fulgor de agua desatada del hambre?


© Graciela Perosio

2 comentarios:

Blogger María Sonia Quevedo Hoyos ha dicho...

Gran poema que deja una sensación de abandono y silencio, de desarraigo y carencia.

30 de julio de 2016, 19:54  
Anonymous Anónimo ha dicho...

POTENTE, AMIGA. Abzo. PAOLANTONIO

31 de julio de 2016, 15:54  

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