Poema de Adriana Maggio
El silencio de Dios
Caín, sudor y lágrima
en el surco que brota ofrendas
despreciadas.
Dios prefiere la sangre.
Caín, pregunta amasada
con los jugos de la tierra.
Dios no tiene labios para ti.
Caín, inocencia quebrada,
corazón que tiembla.
Tu Padre
te concibió sin amor,
y paga su culpa
con tu infortunio.
La tierra abre su boca,
toma
la sangre de tu hermano,
clama
al silencio
que te engendró
desgraciado.
Caín, oveja resignada
al holocausto.
No esperes nada.
Dios no mira tu suplicio.
© Adriana Maggio
10 comentarios:
me gustó muchísimo el tema, la forma del tratamiento y su cierre. nada fácil. susana zazzetti.
Muy bueno, muy buen final.
Abrazo
Elisabet
Muy buen poema, intenso, Diana. Abrazo!!
Profundo. Buen cierre!!
Un abrazo
MUY INTENSO, PROFUNDO, FUERTE EN EL SENTIDO
DE LLEVARLO, UN ABRAZO MARIA LUISA MARQUEZ
Intenso. Casi bestial, diría, como ese padre que no mira el padecer de su hijo.
Abrazo grande.
Alicia Márquez
lejos de lugares comunes y revelador.
Abrazo
Cristina
Excelente, me gustó mucho.
Abrazo!
la última palabra es un golazo, muy buenoo
David Sorbille dijo...
Magistral poema! Adriana. Un abrazo
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