22/3/16

Poema de Paulina Vinderman



En mi collage, hay una luna asombradísima
de mi presencia en la tierra todavía,
y un cascote rojo pegado a la palabra puente,
escrita con pincel sobre algo parecido a un muro.

¿Huelen el encierro?

Siempre se hace tarde en ese lugar
y nadie responde al para qué.
La oscuridad es una razón, una lógica inmutable:
está hecha de los corazones de las barajas
que usaba en mis castillos.
Bajo el negro de humo está el lobo a mi puerta
(esa puerta recortada de una foto).
Lo acariciaré en el umbral, lo miraré hasta el fondo
de sus ojos de oro inconquistable.
El miedo y la muerte no tienen su figura,
están pintados de blanconada en el rincón derecho
como símbolo de una boda en la nieve,
de la música que no se oye salvo en la inexistencia
de todos los reflejos.

¿Pueden tocar el dolor?

Es una noche sin palabras,
es tu amor distraído detrás del alambrado visible.


© Paulina Vinderman

5 comentarios:

Blogger Xenia Mora Rucabado ha dicho...

Querida poeta Paulina:
Tu poema es un cuadro surrealista con toques de realidad volátil. Hermoso!
Un abrazo
Xenia

23 de marzo de 2016, 9:54  
Blogger Teresa Gerez ha dicho...

Tus preguntas a los "lectores" es lo que más me sorprendió en este poema. Bellísimo.

24 de marzo de 2016, 22:06  
Blogger José María Pallaoro ha dicho...

Grande Paulina!

jm

27 de marzo de 2016, 11:34  
Blogger Liliana ha dicho...

¿Pueden tocar el dolor? Bello.

27 de marzo de 2016, 19:46  
Anonymous Pauli ha dicho...

Pude tocar tu dolor a través de tu poema.
Desgarrador, muy bueno.

29 de marzo de 2016, 10:56  

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