Poema de Juan Carlos Rodríguez
Sentencia firme
Cuando me constituya legalmente,
con una orden de allanamiento
en el domicilio de tus sábanas
inspeccionaré todos los rincones
buscando pruebas contaminadas,
huellas dactilares,
o una simple averiguación de antecedentes.
Ocurre que tus manos dejaron llagas dolorosas,
pupilas amuebladas con llanto,
músicas malditas,
y paraísos perdidos en el aire.
Lógicamente vos te defendías,
decías que no eras culpable de tales delitos,
y no tuve más remedio que someterte a indagatoria,
proceder a la reconstrucción del hecho
y ver, si a través de mis besos inundados de sal
era posible un cambio de carátula,
la chance de una prisión preventiva,
o aunque sea un castigo menos intenso,
como podía ser una salida transitoria.
De ahí en más, todo lo ocurrido
forma parte del secreto del sumario;
sólo puedo decir
que después de las historias escritas con la boca,
de los racimos abiertos con promesas,
y de la multiplicación de las caricias,
te aseguro que ha quedado sentencia firme:
deberás desparramar cenizas en poemas
jurar amores infinitos, y dejar que me acompañe
tu inolvidable aroma, por siempre, jamás…
© Juan C. Rodríguez
4 comentarios:
Me encantó.
Elegiste vocabulario de abogado y lo usaste en un poema de amor-desamor, tan bien logrado.
Un abrazo
Betty
Muy bueno. ¡Qué romántico! Me encantó lo de la "salida transitoria". Lindísimas imágenes. Un beso. Adriana Maggio
No hay sentencia posible cuando el delito de amar es tan grande.
Me encantó
Un abrazo
Graciela N. Barbero
No es mas que , un - estrépitus foris -
gran demanda!
Muy bello!!
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio