27/1/15

Poema de Carmen Amato

  
La roca se mimetiza junto al árbol.

La roca inerte junto al árbol y el acero.
La leña seca ociosa junto al yerbajo.
La iguana oculta  
                             y a la vista    se asolea.

¿Quién la puede mirar si no se fija?
lo más obvio es lo más oculto:
resuma invisibilidad, secreto a voces.
La iguana se mimetiza en la piedra volcánica,
me mira con parsimonia sin perder la compostura;
está cómoda; sus escamas y sus patas expuestas.
La iguana es del color del mundo que la sostiene.
Posee un azul eléctrico y un verde  
                              que son atuendo de lujo.
Lo luce cuando camina bajo el sol
                              arrastrando su belleza,
pero cuando solo descansa
                 en el más transitado paisaje, 
para mirar sin ser mirada
y dar rienda suelta a su instinto
vouyerista:  se mimetiza.

Se desnuda del color celeste,
se pone parda como una piedra milenaria 
y me ve pasar por su ojo…
                            por el que queda expuesto. 
El otro,  
              sabrá Dios qué estará mirando.


© Carmen Amato

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Excelente, un gusto llerlo.
Saludos
Anahí Duzevich Bezoz

27 de enero de 2015, 13:02  
Anonymous jorgepablomoreno. ha dicho...

Buen poema, extenso en su concistencia, profundo en su mensaje.

jorge pablo moreno.

28 de enero de 2015, 9:07  

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