22/6/14

Poema de Milagros Rodríguez


MUCHACHA EN LA VENTANA       

La ventana se deja morir sueño adentro
para que una mujer invente palabras
que dicen todo y nada dicen…

Ella tenía la medida exacta, para ajustarse al otro
sin embargo, ese otro
no era más que un desconocido-conocido
quizás, un marino en puerto extranjero
o un hombre perplejo, dibujando espirales en el aire

Ella, llevaba la pollera ceñida, limpia y azulada
pedrería amarilla y negra, colgando de su cuello de garza
Él viajaba hacia su ruta secreta, desde el sol
hasta las primeras luces que se encienden en las calles
Ella era  faro, observando
 todos los movimientos desde la ventana

Un día se cruzaron en el puerto
ninguno reveló, si fue casual
o el destino les abrió la mano
Se miraron…
Ella, que lo había visto pasar tantas veces
en ese momento, no atinó a decir nada
Él la saludó como a una vieja amiga
y levantando la solapa de su impermeable
se perdió calle arriba, hacia lo urbano

¡Ah los simulacros del amor y esa palpitación silenciosa
que deja las palabras encendidas… flotando!

  © Milagros Rodríguez 
(Óleo de Salvador Dalí 1925)
Enviado por la autora del poema

5 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

bellísima historia, milagros. me conmovió y justamente el óleo de dalí es figura de tapa de mi segundo libro. estas conecciones literarias, que pasan a veces, caminos de un poeta a otro.felicitaciones. abracito. susana zazzetti.

23 de junio de 2014, 13:33  
Anonymous Anónimo ha dicho...


Me gustó muchísimo. Me pareció lindísima la imagen de ella siendo faro y me dio mucha tristeza y nostalgia.
Un abrazo,

Alicia Márquez

27 de junio de 2014, 13:25  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Milagros: qué hermoso!!!
qué bueno!!
Un beso.
Tere Vaccaro

29 de junio de 2014, 22:48  
Anonymous Anónimo ha dicho...

tiene imágenes muy nítidas y hermosas, y un contraste muy fuerte entre próximo y lejano a la vez, el juego de desencuentros desde la ventana y la calle.
Walter

13 de julio de 2014, 13:52  
Anonymous Anónimo ha dicho...

El poema es de una narrativa que viene con los pasos de la poeta. Desencanto ante la espera de lo diferente, que parece no llegar. Dicho con imágenes ricas y sinceras. Buen poema, Milagros.
Susana Giraudo

2 de octubre de 2015, 18:29  

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