13/12/11

Poema consigna de Madeline Millán


La más bella o sueño bajo la pirámide de Cleopatra en Central Park

Como los animales arrastrados, los lagartos, los gatos con los búhos los halcones con las serpientes acá abajo, como ellos no quiero corrupción de mis brazos, ni mis nervios. Quiero ser la imperecedera de esta pirámide. Ven y dale aliento a mi aliento. O dios de los vientos y las aguas, establece mi espacio, mi vientre, mi vagina, mis venas, constrúyeme, vísteme, o dios de pecho funerario tállame de leonas y buitres. Concédeme entrar al imperio de lo eterno, yo, entre animales y bestias, jamás he faltado al sol, tal vez con mis actos pero jamás con las palabras. Te aclamo entre los que aman KA. No dejes que los gusanos el fénix ni la lechuza construyan su casa y su camino en mis adentros. Ni el escarabajo con su bolita de mierda que habite mis ojos ni la oruga hile mi final antes de que caigan tus rayos. Y cuando el alma haya partido lejos, y se convierta en esa cosa apestosa, y los miembros decaigan uno detrás de otro, y los huesos se hagan polvo de tus huesos con los que florecerán los cementerios y las fosas de estos tiempos, masa inservible no seré, y la carne convertida en líquido fétido de otros será, el hombre decadencia sea, y el final sólo su final, y perezca ante los ojos de otro dios, Shu, recuerda, yo no soy como los pájaros nadando, ni como el pez que vuela, ni como el reptil de gatos enhiestos a la manera de Bastet, o cualquier bestia o cualquier cosa buscando su cabeza en el rabo. Mi ojo no se cegará por ti. Mi cabeza alargada no será separada de mi cuello a modo tuyo. Mi rostro no desaparecerá para tu gloria. Mi oído no será sordo entre los sordos. Mi lengua no será cortada a causa de un esposo maldito. Mi cabello no será rapado por la enfermedad. Mis pestañas y mis cejas no serán afeitadas porque no soy una mujer barbada sino tibia como leche que da leche. Mi cuerpo debe ser establecido a partir del Día Cero contando los días hacia arriba y hacia abajo. No deberé convertirme en ruina de mis noches, ni ser destruida sobre la tierra en un cementerio donde ocultan mi imagen. Ni las teorías de Fletcher inventen un roto donde no estaré ya. Que aquel que me desaparezca sea condenado, el que con puñal y navaja corte mis hilos caiga a su propio nido de estiércol y yo, resurrecta, vuelva a mi tierra. No soy un animal entre animales. Ni el más vil. Un animal del sol. Eso seré. Que mi rostro sea el más bello y yo vuelva a ser Nefertiti.

© Madeline Millán
Pintura: Nikolay Gay

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

O dios de la poesía, que inspiración has logrado con esta pintura...
maravilloso...
Felicidades
Anahí Duzevich Bezoz

17 de diciembre de 2011, 12:15  
Blogger Marta Ortiz ha dicho...

Made, alegría de encontrarte aquí y de leer tu poema con imágenes tan bellas y asociaciones increíbles, como toda tu escritura. un abrazo fuerte de marta Ortiz

18 de diciembre de 2011, 21:10  

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