Prosa de Sonia Quevedo
SOMBREROS QUIETOS
(Llega la violencia, mueren los hombres, los pueblos quedan solos y los sombreros...)
Cerrando los ojos, iniciar vi el vuelo de una mariposa amarilla muy despacio; abandonaba un pueblo fantasma.
Entre leve y suave batía sus alas estriadas moviéndolas a ritmo lento; intentando remontar a los sombreros quietos sobre las sillas vacías.
Decenas de cabezas sin vida perdido el rumbo, rodaban por la tierra húmeda; cuatro de los ancianos muertos, departían en silencio al caer el toldo plomizo de la tarde, halando a la penumbra para cerrar la noche.
En la puerta eternamente abierta del único bar de aquel pueblo fantasma con sus sillas vacías y los sombreros quietos, de regreso, la mariposa amarilla nuevamente se posó cerrando los ojos después de la tormenta, tratando de hallar, sus desgarradas alas para remontar a la infinita soledad con sus silencios largos.
© Sonia Quevedo
Etiquetas: Sonia Quevedo
5 comentarios:
Sonia, esos íngrimos pueblos yermos, ya no escuchan risas de niños, ni el cotilleo de las matronas, ni los viejos estirando las tardes entre tragos y naipes. Sólo le queda el solitario vuelo de una mariposa amarilla. Tocaste mi alma, una vez más.
Muy buen trabajo, Sonia. Felicitaciones.
Sonia:
Muy bonita esta prosa poética de dulces recuerdos y soledades en el vuelo solitario de la mariposa.
Saludos, Camilo
Muy bella prosa el vuelo de esa mariposa inspiró algo muy emotivo
maria elena tolosa
Querida Sonia, esta prosa me hizo recordar a Mauricio Babilonia, sus mariposas amarillas. La decadencia que nos circunda, que bien expresada te quedó.
Un fuerte abrazo
Andrea
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