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12/10/11

Prosa de Sonia Quevedo


SOMBREROS QUIETOS

(Llega la violencia, mueren los hombres, los pueblos quedan solos y los sombreros...)

Cerrando los ojos, iniciar vi el vuelo de una mariposa amarilla muy despacio; abandonaba un pueblo fantasma.
Entre leve y suave batía sus alas estriadas moviéndolas a ritmo lento; intentando remontar a los sombreros quietos sobre las sillas vacías.
Decenas de cabezas sin vida perdido el rumbo, rodaban por la tierra húmeda; cuatro de los ancianos muertos, departían en silencio al caer el toldo plomizo de la tarde, halando a la penumbra para cerrar la noche.
En la puerta eternamente abierta del único bar de aquel pueblo fantasma con sus sillas vacías y los sombreros quietos, de regreso, la mariposa amarilla nuevamente se posó cerrando los ojos después de la tormenta, tratando de hallar, sus desgarradas alas para remontar a la infinita soledad con sus silencios largos.
© Sonia Quevedo

5 comentarios:

  1. Sonia, esos íngrimos pueblos yermos, ya no escuchan risas de niños, ni el cotilleo de las matronas, ni los viejos estirando las tardes entre tragos y naipes. Sólo le queda el solitario vuelo de una mariposa amarilla. Tocaste mi alma, una vez más.

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  2. Muy buen trabajo, Sonia. Felicitaciones.

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  3. Sonia:
    Muy bonita esta prosa poética de dulces recuerdos y soledades en el vuelo solitario de la mariposa.
    Saludos, Camilo

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  4. Muy bella prosa el vuelo de esa mariposa inspiró algo muy emotivo

    maria elena tolosa

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  5. Querida Sonia, esta prosa me hizo recordar a Mauricio Babilonia, sus mariposas amarillas. La decadencia que nos circunda, que bien expresada te quedó.

    Un fuerte abrazo

    Andrea

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