28/10/11

Poema de Jennifer Moore


Pro – vocativos sin reservas

IV

De nuevo danzas, simiesco
al compás de clarines, enemigos del tímpano.
¡Oh, Musas manoseadas, de virgo roto
por lápices impíos!
Mercenarios vestidos de gala
reclaman las primeras filas.
Llegan con un cuaderno bajo el brazo.

Ella está llorando detrás de los cristales.

Hace tiempo, tanto tiempo
que no amanece. No deja de llover
todo es tormenta y bártulos volando.
Qué profunda oscuridad nos ha caído
velo de hierro, cortinas de luto
y esta pálida ausencia del Ser
incapaz de Palabra.

¡Oh, pobre Numen, apaleada Euritmia!
Todo el cortejo de la antigua Grecia
yace arrodillado.

© Jennifer Moore

4 comentarios:

Anonymous silvia loustau ha dicho...

Excelente poema Jenny....has tramitido todo el estado e desolación.
Un abrazo,

Silvia Loustau

29 de octubre de 2011, 18:19  
Blogger Tony ha dicho...

Jennifer es muy profundo tu poema. Me gustó, y en sus palabras están muchas de tus partes. Con el afecto de siempre te abraza. Tony.

31 de octubre de 2011, 9:37  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Un desolado paisaje, mitología , poesia , en realidad muy bello

maria elena tolosa

31 de octubre de 2011, 12:25  
Blogger El árbol José Enrique Ramírez ha dicho...

Jennifer, pero entonces, el hombre caerá en cuanto a que tambien él es Palabra, al estado primero de las cosas, al estado de caos, sin embargo el caos también tiene su propio ritmo, su propia euritmia que lo define como caos, y en los seres que aún posean Espíritu hará eclosión el Numen, y la Palabra tendrá un nuevo comienzo. Un gusto leerte.

31 de octubre de 2011, 14:09  

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