Prosa de Sonia Quevedo
MUERE SOLO
Muere un hombre solo cada minuto y en cualquier lugar, mientras en la calle sus hijos juegan imaginando amplio el solar; el mismo que un día sin tiempo para pensar, simplemente abandonaron porque la guerra llegó.
Su mujer ahora sola en agonía, abandonada y con tristeza canta su desamparo, recostando la encorvada espalda contra el poste del semáforo en rojo; y como crucificada, brazos y las manos abre esperando recibir, unas cuantas monedas, o, en su defecto, el más sonoro madrazo.
Duele su vientre vacío y el de sus hijos también que agritos están pidiendo, solamente, comer. El frío que ya no aguantan azota y cada vez duele más; cala los huesos a fondo, la piel cambia de color y sigue el hambre mordiendo sus tripas sin caridad.
Otro hombre muere solo al paso de los segundos siendo otra la hora y otro el lugar señalado; pugna ahora la lágrima retenida en su lagrimal, como lo hicieron las otras en otros, hasta, por inercia rodar. Caen las manos, cae el cuello, flojo el cuerpo y pesado se resbala desprendido del semáforo en rojo; relajado, descolorido y muy frío, sin palabras nos cuenta que para él o ella; así de sorpresivo y simple, desgarrador el final ha llegado.
En la calle siguen sus hijos jugando como si se tratara de aquel enorme solar; el mismo que hace ya tiempo, la injusta guerra minó.
© Sonia Quevedo
Etiquetas: Sonia Quevedo
4 comentarios:
Algunas veces la valentía se da la mano con el talento narrativo. Un texto de una poética desgarradora, una denuncia con tono de elegía. Raro privilegio: encontrar el brillo de una gema en el basural de la guerra.
Elogio tu comentario al texto de Sonia, Ricardo, y es verdad. sólo la extrema sensibilidad puede adentrarse en ese submundo y plasmar el dolor de tal manera.
A veces diera la sensación de que la humanidad esta en una interminable guerra. Un absurdo.
Gracias Sonia. Besos
Andrea
Me conmovió. Le di una segunda lectura y con el ánimo más frío igual me conmovió.
Un abrazo
Betty Badaui
Amigos del alma:
Reciban mi agradecimiento y abrazo,
por detenerse en mi espcio.
Sonia
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio