Poema (Fragmento ) de Antonio Tello
es tan difícil vivir entre las tinieblas
saber que tienes cerca aquello que deseas
y que no
obstante la distancia es casi insalvable
¡cuánta energía consume la oscuridad!
te mueves y es como si te quedaras quieto
pues tu movimiento es un giro sobre ti mismo
tentando el vacío con los brazos como bastones
y quieres ser el bastón para llegar antes a ese
lugar que tus ojos abiertos no ven
pero el bastón no siente lo que tú sientes y sigues
con tus pasitos circulares pegados unos a otros
anciano de impotencia
creyendo abrir tus
sentidos al día a
las exhalaciones de la tierra
a los sonidos y a
las visiones de un deseo que
está al otro lado
más allá de las sombras
mira bien abre tus
ojos ciegos acaso
el árbol el
agua la piedra el insecto
el mínimo soplo la
exigua brizna son voces
reflejos
de esa voz
que te multiplica hasta perderte
en el mundo de lo no dicho
no no puedes cerrar los ojos
ni confiar tus pasos al tacto del bastón
si quieres tocar
sentir
en tus dedos el verbo inmóvil
trizar ese zumbido que oculta las palabras
en el secreto
abre bien tus ojos de carne y
mira
cómo las bandas armadas de los dioses
arrasan las aldeas
graban con sus lanzas
runas sagradas
en el cuerpo de las víctimas
frases muertas
que abandonan colgadas del
árbol donde dicen
recibieron el don de la sabiduría
tarde sé de la inutilidad del instinto que persiste
agotándose lentamente
he dicho tarde cómo
puede ser tarde o temprano
en este lugar de frases iguales y distintas cada una
cada una con la ausencia
cada una con la presencia del río que fluye tarde y temprano
porque no
es posible un pacto con el silencio
y crees que la voz es sólo vibración de la carne
eres un yo de tiempo que se desintegra que dimite
del mundo y la memoria
un yo traicionado
por la luz que enmascara tu conciencia de estar
un yo traslúcido
acaso vestigio de una mirada
animal o humana
que busca asidero entre dos abismos
que en la intemperie oye toser las almas de los pobres
y permanece
inmóvil
la voz que nace de la angustia
te divide y condena a
la inmovilidad
al adiós pintado en las paredes del laberinto
y así sujeto
tú / yo al instante de una calle
oyes los cantos
de las conciencias náufragas
y no dices yo no dices yo
los cuerpos deshabitados de los apátridas
© Antonio Tello
(Fragmentos de Lecciones de tiempo)
Etiquetas: Antonio Tello

1 comentarios:
los cuerpos deshabitados de los apátridas... Una maravilla de poema... Me hizo acordar mucho al Ernesto Sábato... Cada verso, un tanteo en la ceguera...
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