Poema de Celina Feuerstein
En un pueblito al norte de Japón
el teléfono negro del señor Susaki
habla con los muertos
a través del viento
No sabe el señor que un gran tsunami
muy pronto va a cubrir todo Otsuchi
¿Intuirá algo
su viejo corazón?
Una mañana fría Susaki sama
sube al cerro. El sol rebota en la nieve
y un halo de luz sagrada
envuelve la cabina
Brilla el teléfono. Lo veo. Brilla
Se ilumina el cerro y
me pregunto:
cuando ya no quede nadie
¿se oirá
el sonido de las voces?
Yo como el anciano japonés
quiero creer que el viento
o una brisa suave o
el fuego en la boca del sol
traen
las voces de mis muertos
vienen y van
a veces vuelan otras
es un viaje en tren
y si no llegan si
las voces duermen y me olvidan
viajo yo
atravieso nubes y montañas
voy a su encuentro.
© Celina Feuerstein
Etiquetas: Celina Feuerstein
4 comentarios:
una preciosidad, gracias, vero.
De dónde viene esa llamada? Del viento? De los que ya se han ido? De lo que sucederá más adelante?
Muy sugerente tu poema Celina. Gracias! Alfredo Lemon
Gracias! 🙂
Celina
De todo eso 🙂 Gracias, Alfredo! 🩷
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio