Poema de Andrea Marone
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida
Que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?
Delmira Agustini
LA CHIMENEA ES EL CORAZÓN DE CASA
guarecido entre el hollín, un tronco.
Mis ojos espejando las llamas
que como lenguas tornasoladas
relamen golosas la madera,
serpientes engarzadas
dejando un rastro fatal
sibilante de sombras.
La brasa sube contoneándose
al ritmo del pulso
el
silencio.
El carbón susurra al contacto
en cambio, deshilvanadas
las chispas gotean hacia arriba
suben con el humo
van deformándose los haces de luz
como el eco de una piedra
en la superficie del agua.
Entonces, veo un rostro entre las llamas
Delmira convertida en cisne
encendida en mi fuego
deja un rastro de sangre negra.
El crepitar de la resina gotea
sobre dos lágrimas
borroneadas entre la ceniza.
© Andrea Marone
Etiquetas: Andrea Marone
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio