11/12/24

Poema de Andrea Marone

 


 

¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida

Que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?

Delmira Agustini

 

LA CHIMENEA ES EL CORAZÓN DE CASA

guarecido entre el hollín, un tronco.

Mis ojos espejando las llamas

que como lenguas tornasoladas

relamen golosas la madera,

serpientes engarzadas

dejando un rastro fatal

sibilante de sombras.

 

La brasa sube contoneándose

al ritmo del pulso

                                     el silencio.

 

El carbón susurra al contacto

en cambio, deshilvanadas

las chispas gotean hacia arriba

suben con el humo

van deformándose los haces de luz

como el eco de una piedra

en la superficie del agua.

 

Entonces, veo un rostro entre las llamas

Delmira convertida en cisne

encendida en mi fuego

deja un rastro de sangre negra.

 

El crepitar de la resina gotea

sobre dos lágrimas

borroneadas entre la ceniza.

 

© Andrea Marone

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