Poema de Celina Feuerstein
En un pueblito al norte de Japón
el teléfono negro del señor Susaki
habla con los muertos
a través del viento
No sabe el señor que un gran tsunami
muy pronto va a cubrir todo Otsuchi
¿Intuirá algo
su viejo corazón?
Una mañana fría Susaki sama
sube al cerro. El sol rebota en la nieve
y un halo de luz sagrada
envuelve la cabina
Brilla el teléfono. Lo veo. Brilla
Se ilumina el cerro y
me pregunto:
cuando ya no quede nadie
¿se oirá
el sonido de las voces?
Yo como el anciano japonés
quiero creer que el viento
o una brisa suave o
el fuego en la boca del sol
traen
las voces de mis muertos
vienen y van
a veces vuelan otras
es un viaje en tren
y si no llegan si
las voces duermen y me olvidan
viajo yo
atravieso nubes y montañas
voy a su encuentro.
© Celina Feuerstein
Etiquetas: Celina Feuerstein
1 comentarios:
una preciosidad, gracias, vero.
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