Poema de Silvia Hedman
Seguimos con el circo cotidiano
mientras la verdad supura:
los payasos son sádicos,
encarcelan a los tigres,
la niña trapecista es abusada
por el presentador,
las cebras no están locas,
el hombre bala se suicida,
los elefantes pisan ratones
para ser consumidos en la tele,
el mago hace desaparecer las pruebas,
los monos escuchan, miran y se callan,
el equilibrista se cae de su ego,
los acróbatas usan corbata
mientras saltan tachos de basura,
los malabares se hacen a fin de mes,
el aserrín es de huesos molidos,
la orquesta es muda,
ciego el director,
el público está cautivo,
la entrada se paga
con sangre, sudor y lágrimas,
el acto final es vergonzoso,
y se teme que comience un incendio.
© Silvia Hedman
Etiquetas: Silvia Hedman
4 comentarios:
Y así estamos Silvia. Muy buena tu descripción...
Un titiritero perverso maneja los hilos detrás de bambalinas...
el final del acto resulta vergonzoso...
Saludo desde Córdoba
Excelente Silvia!
Excelente Silvia!
Ufff cachetea leerte. Gracias por decirlo sin tanto circo. ♥️🦋
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