Poema de Viviana Ayilef
Las mujeres de mi pueblo se saludan con dos besos y detienen
el abrazo
lo sostienen por un largo rato
se sonríen
a veces lloran también de alegría luego de ese abrazo
y vuelven a mirarse
lento
sonríen desde los ojos
y las ancestras también se sonríen
en ese momento danza la memoria
la sangre se mueve y un único útero trabaja de nuevo
un niño nace por acá
otro más allá
la alegría de un pueblo se mece en las aguas
los hijos son la memoria
el tiempo
mantiene
allí su equilibrio.
No estamos aquí puestas solas
caminamos con los hombres
los ancianos
las ancianas
las piedras que dicen y el árbol
que acompaña desde arriba
idéntico corazón mueve el hilo de nuestros caminos
mar y río
agüita de la montaña que baja y da vida
menuco
trayenco
mari mari kushe
mari mari fucha
mari mari ullcha zomo
mari mari weche wentru
mari mari ngen co
mari mari pu ngen
kom.
A veces en ese abrazo sacamos también nuestra pena
quedamos ahí suspendidas juntando los corazones
la pena de nuestro pueblo es muy vieja
pero es siempre nueva
muy larga para contarla
muy presente para no nombrarla
la pena de un genocidio
de una violencia racial que no cesa
en lo cotidiano
la pena de no poder estar
existiendo como pueblo.
El abrazo junta todo
se pasa urgente la pena y la alegría se levanta.
Las mujeres de mi pueblo sacan fuerza del abrazo
útero su corazón
pensamiento su mirada.
Las mujeres de mi pueblo
ese abrazo
que teje.
© Viviana Ayilef
Etiquetas: Viviana Ayilef
1 comentarios:
Bello, me abrazó.
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