16/7/25

Poema de Viviana Ayilef

 


Las mujeres de mi pueblo se saludan con dos besos y detienen el abrazo

lo sostienen por un largo rato

se sonríen

a veces lloran también de alegría luego de ese abrazo

y vuelven a mirarse

lento

sonríen desde los ojos

y las ancestras también se sonríen

en ese momento danza la memoria

la sangre se mueve y un único útero trabaja de nuevo

un niño nace por acá

otro más allá

la alegría de un pueblo se mece en las aguas

los hijos son la memoria

el tiempo

mantiene

allí su equilibrio.

 

No estamos aquí puestas solas

caminamos con los hombres

los ancianos

las ancianas

las piedras que dicen y el árbol

que acompaña desde arriba

idéntico corazón mueve el hilo de nuestros caminos

mar y río

agüita de la montaña que baja y da vida

menuco

trayenco

 

mari mari kushe

mari mari fucha

mari mari ullcha zomo

mari mari weche wentru

 

mari mari ngen co

mari mari pu ngen

kom.

 

A veces en ese abrazo sacamos también nuestra pena

quedamos ahí suspendidas juntando los corazones

la pena de nuestro pueblo es muy vieja

pero es siempre nueva

muy larga para contarla

muy presente para no nombrarla

la pena de un genocidio

de una violencia racial que no cesa

en lo cotidiano

la pena de no poder estar

existiendo como pueblo.

 

El abrazo junta todo

se pasa urgente la pena y la alegría se levanta.

Las mujeres de mi pueblo sacan fuerza del abrazo

útero su corazón

pensamiento su mirada.

 

Las mujeres de mi pueblo

ese abrazo

que teje.

 

© Viviana Ayilef

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1 comentarios:

Blogger Olga Liliana ha dicho...

Bello, me abrazó.

16 de julio de 2025, 21:00  

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