Poema de Teresa Palazzo Conti
“…
no basta un solo cuerpo para albergar sus noches,
quedan estrellas fuera de la sangre”
Eugenio Montejo
EL REFUGIO
Con la voz de la sangre, con el pelo confuso,
entre las tristes cosas de las mañanas tristes,
un calendario corre
sobre las máscaras aparentes.
Las copas y los besos
se tendieron al sol.
Busqué en la tierra negra,
en las estrellas desoladas;
desenredé las crines de otros alazanes
que en el viento relinchan;
que galopan la pena categórica
sobre la nube fértil.
Los surcos y los tordos
se tumban
en los verdes ojos de la hierba verde,
y yo, muñeca articulada,
muevo las manos,
mariposas de tedio;
lavo mis piernas enrojecidas,
y hurgo en casilleros amarillos
un atisbo del árbol
que guardó para mí
el columpio y la sombra,
el abrigo y la savia espontánea en mis preguntas.
© Teresa Palazzo Conti
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