2/7/25

Poema de Samuel Amaya

 


A los nueve

me llenaron de luz y versículos

creando en mi memoria un chip dorado

de mujer, hijos y matrimonio de azúcar.

Mami decía que yo era la esperanza de ellos

chango voltiamujeres, pechito de quetupí

para llevar lo único valioso que teníamos

la sangre apellido de una generación perfecta

y hombres machos de cristal.

 

© Samuel Amaya

Etiquetas:

5 comentarios:

Blogger Silvia Susana Durruty ha dicho...

Mujer, hijos, matrimonio de azúcar. Me encantó Samuel!

5 de julio de 2025, 17:29  
Blogger Silvia Rodríguez Ares ha dicho...

Uhh, qué bueno, Samuel! Me encantó tu poema. Abrazo.

5 de julio de 2025, 22:14  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bonita idealización de la vida familiar con la expectativa de cumplir ciertos roles. Gracias por compartir. Griselda Rulfo

6 de julio de 2025, 18:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy bueno! cumplir con los preceptos familiares. Graciela Barbero

9 de julio de 2025, 15:13  
Blogger Teresa Gerez ha dicho...

por suerte los mandatos cambiaron. Abrazo

26 de julio de 2025, 21:12  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio