Ramona Díaz comparte a Vitale/Fretes Rolón
Senderos
Subiendo aquellos lejanos senderos donde los arbustos toquen
un momento.
Y en la incertidumbre de penas pasadas descansan sentados en
la piedra llana.
Cuando el viento calme
seguiremos paso casi sin descanso
lento pero bueno.
Cuando el verde vuelva tomaremos tiempos esos que dejaron atrás
mis abuelos.
Surcos tan marcados líneas sentimientos, huecos de caídas,
tropezones nuevos. Senderos de espinas, sequía, misterio
y la lejanía de aquellos anhelos.
©Patricia Vitale
HABLEMOS DEL AMOR
¿Qué puedo decirles yo del Amor?
¿Qué me dirías tú, si me hablaras del Amor?
¿Tiene acaso un concepto preciso, universal?
¿O es una metamorfosis que se adapta al azar?
Muchos elevan lozano canto al Amor, maravilla sin fin.
Otros, con el alma herida, solo expresan su amargo confín.
Los templos sagrados claman su excelsa virtud, su fulgor
mayor,
mientras otros, en su nombre, tejen atrocidades, sembrando
terror.
En los textos divinos se revela su esencia: un único Amor,
que habita en cada ser, sin distinción de etnia, género o
color.
Mas entre los humanos, brotan tipos con diverso esplendor,
se crean etiquetas según el sentir o el fervor interior.
Yo me uno al manifiesto y levanto la voz con firme
intención:
las vivencias me han formado, son lecciones con sazón.
Ensayos, errores, aciertos, en el crisol de lo incierto,
me enseñaron a danzar en este concierto abierto.
El Amor es aliento libre, emoción sin cadenas, sin veto.
Es la mano que une, que asiste, el hombro que abriga en
secreto.
Es baluarte firme, remanso seguro, respeto completo.
Es sabiduría que no lucha, solo eleva, como el viento.
En fin, el Amor es:
Energía que transmuta, que nutre el alma y la llena por
completo.
© Amalia Paola Fretes Rolón
Etiquetas: Ramona Díaz
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