7/6/25

Noemí Correa Olivé comparte a Guidi/Micetich/Mendizaba

 

dijo mi madre

 

a mi vieja, por darme la vida dos veces 

 

dijo mi madre un día

que el nombre que me habita

era de un espíritu libre

 

me dije que quizás paloma fuera

para pasar entre las rejas

que tantas formas adquieren

 

con las golondrinas se fue mi madre

al lejano territorio del dolor deshabitado

a cocinar con sabiduría de azúcar

el membrillo que al hierro carcome

 

me quedé solo enseñando a mi paloma

a regresar cada noche

para tener en el relato de su vuelo

noticia del mundo de los hombres

 

y traía ella en su pico cada día

una gota de mermelada de membrillo

hasta que la dulzura pudo

disolver el presidio 

 

© Guido Guidi


 

Grado cero de la lengua

 

 “A cuore scalzo ad aspettare i piedi sopra il cuore…”


Busco la primera palabra

aquella pequeña mariposa

que vuela en la seda del cuaderno.

 

Una por una cada sílaba

desciende al menos un millón de veces

y las sueño en los abalorios que tejo

con el corazón descalzo

preparada para encontrar

el color de aquel océano mar.

 

Obedezco al motivo del aire

y al salmo desde el refugio de una lengua.

 

No sé si el motivo ordena el caos

expectante entre tu voz de cielo y de tierra sabia.

 

Sin dudas, los encantamientos vuelven a escribirse

en las amapolas creciendo sin tiempo,

en el grano de trigo buscando el agua serena

en la tarde que cae cuando afina la luna

o en los tenues aleteos de  mariposas en secreto.

 

© María Cecilia Micetich


 

El heraldo antiguo

 

Hierve la bocanada oscura,

derrama un cielo que no espero.

Diciendo ser otra alumbro la ruda

del agosto, esto me conmueve.

La belleza del gesto es un acto promiscuo,

me obliga a sentir en mi pecho un atropello,

un torbellino muerto y urgente

que torna agónico este lucero.

No hay demencia en la rosa.

Ni carne, ni linaje, muero plebeya.

Es infinita la lluvia de tu lengua-saeta.

Galopa un trono en la sombra de mi dolor antiguo.

Nunca negué la Poesía.

Advertida yegua troto mejor que nadie,

y mi lazo de palabras trata de una estrella que amo y me ama.

Con el libro mejor amado bajo el ciruelo

me cubre la lluvia

y agradezco la demencia del aljibe que me inspira.

Del fruto secreto sé más de lo que pienso.

 

© Sandra Mendizaba

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4 comentarios:

Blogger Alfredo Lemon ha dicho...

Excelente entrega Noemí.
El grado cero de la lengua de Micetich tiene el encanto y el esplendor de las imágenes hechas sentencias... "en la tarde que cae cuando afina la luna" por ejemplo.
Logrado también la riqueza expresiva de Mendizaba...
"Del fruto secreto sé más de lo que pienso"
Muchas gracias
Saludo desde Córdoba

7 de junio de 2025, 12:39  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Caro Bimbo, alto más alto!

8 de junio de 2025, 10:52  
Anonymous Silvina E López ha dicho...

Excelentes poetas, no conocía a Micetich y Mendizaba,gracias Noemí.
La poesía del querido Guido Guidi exquisita y potente. Hermoso aporte al blog.

8 de junio de 2025, 14:22  
Blogger claudia tejeda ha dicho...

gracias Noemí por compartir. Excelentes voces. Los versos finales del poema de Guidi duelen, conmueven, sacuden. Tremendos poetas trajiste al sitio.
Un abrazo
claudia

17 de junio de 2025, 20:03  

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