Miry Sarkis comparte a Ashtar/Pereda/Silva

  

EMBRIAGUEZ A CUENTA

                                                      

                   “Dame más vino porque la vida es nada”

                                    Fernando Pesoa 

 

Hoy quiero brindar por cualquier cosa.

¿Acaso se necesitan motivos?

Brindo por la soledad de mis noches,

por el vacío en mi cama.

Brindo con los recuerdos que no duelen tanto

embriagados por el vino.

La nostalgia es más dulce,

cuando la copa está llena.

Tengo sed de pasado,

que me llene de presente.

De presencias que no tengo.

Quiero más vino mozo.

Déjeme la botella.

Cóbresela a la vida, que se ha guardado los vueltos.

Vueltos sin vuelta.

Deuda de un cheque sin fondo,

un pagaré no saldado.

Sírvase usted también.

 

Compartamos la suerte.

Bebamos la misma vid.

 

© Jorge Marcelo Ashtar

  

Un jardín en medio del campo 

 

Como el atardecer que me envuelve

el sol que se escapa detrás de las nubes

la tierra mojada, muy negra, charcos

 pájaros bañándose y comiendo la semilla tierna

un viento frío hace susurrar álamos, alcanfores

y detrás del alambrado la pampa chata,

 vacas, toros, algún ternero

 la pastura, una liebre, teros y perdices.

un jardín a la inmensidad

setenta rosas me hacen soñar despierta

miro mis rosas y miro el campo

ya de noche la luna se derrama en círculos de gratitud

las estrellas bailan el vals del sereno

a pesar del frío la ternura del cielo me embriaga

unas lavandas rodean la casa, un jazmín en la entrada

puertas adentro la salamandra arde

todo es abrigo,

una Virgen alemana preside la casa

ella es testigo de las intimidades

que el fuego y el vino invitan a compartir

recuerdos, cuentos

palabras, silencio, la calidez de las llamas

afuera la noche y el viento.

El cielo gira

 

el jardín muere para resucitar.

 

© Soledad Pereda

No encuentro la fe

 

No encuentro la fe

la siento perdida

lejana.

¿Quién es mi dios?

¿un estafador?

¿un espía morboso?

¿Me tiró al mundo para reír

de todo lo que no entiendo?

Yo

rebelde

condenado a vivir

todavía creo

que puedo enfrentar el embiste

de olas enlutadas

con razones corruptas

en mi galeón de valores perdidos

que desde tiempo hace agua.

Creo que él me mira

y ríe.

Siento su erección en mi pecho

con el sol eclipsado

con la luna llena de lobos.

Yo

impotente

pongo a mis monstruos en el papel

y los combato con palabras.

 

© Ariel Silva