Mirian Rosana Farías comparte a Torres/Ternavasio/Montoya

 

Creer

 

De mi estadía por este mundo

creo en la energía sutil

que da origen a los milagros.

Creo en el poder de los abrazos

 

para ahuyentar la oscuridad.

Creo en el amor y

en el encuentro casual

de seres en el camino.

 

Cuando el amor nace,

no hay oración divina

que lo pueda detener

y crece,

crece como el río.

                            

© Maria Josefina Torres

 

Pobre Hombre

Qué triste es la soledad

Andar por esos caminos

sin encontrar un destino

que a uno le cambie la suerte.

Alma ausente el del cristiano

que a nadie tiene en el mundo.

Que por allí anda, porque sí.

 

Ni un beso, ni una caricia

ni palabras que, aunque duelan

le indiquen que está vivo.

Que no es un ser abstracto

multiplicado por todo.

Al humilde desdichado

se le suma la pobreza

porque llegó al mundo

con la taba dada vuelta

y todas juntas ya eran pocas.

Empachados de reveces

callado sostiene la vida

porque para eso es un hombre

aunque sea ¡un pobre hombre!

                                        

© Teresa Ternavasio

 

“He nevado tanto para que duermas…”

                Georgette Vallejos

 

Callejuela de la luna

La extraña callejuela de la luna

oscureció en París

un Viernes Santo con llovizna

y no un jueves en París con aguacero.

Me moriré en París y no un jueves de otoño

como es éste

sobre la madrugada te até

con infinita calma

y brotaron palabras que yo guardaba.

Ya exhausto y despachando mi sombra

una a una , te dije.

Amada, no has querido plasmarte jamás

como lo había pensado mi amor.

Quédate en la ostia ciega e implacable

como existe Dios

y en el mito inmenso de mi corazón.

Quédate  en la eterna nebulosa, ahí

en la multiesencia de un dulce, no ser

y no has querido plasmarte jamás

en mi emoción de amor

deja que me azote

como un pecador, en la entraña,

callejuela de la luna.

 

© Nilda Montoya