29/5/25

Texto de María Soledad Gutierrez Eguía

 


LA NIÑA DEL TEJADO

 

Yo que me sé sola. Yo que me injurio pegada a los párpados del puño que da el golpe. Yo que “nunca necesite de mí”, que resigné mi nombre frente al mundo. ¿Perfume a qué?

Yo que me extraigo de mí con el grito insumido en los vientos y me escondo con la inocencia de la niña del tejado. ¡No quería crecer! Ella tampoco. ¿Por qué sostenerme en el verde, en los pájaros con hambre que nadie se atreve a ver? Ellos también sueñan, los he visto.

¿Por qué la mirada hacia nada que sabía? ¿Por qué me sabía antes de todo? Existía con la violencia de la verdad destructora. Me vivía acurrucada; no me compensó ningún olvido. Yo no sé olvidar.

Me revelo al mundo cuando insisto en consumar el tiempo que se abre entre mi nombre y la boca que lo nombra. Me recuerdo en la angustia de la que soy en todo el cuerpo. He tenido que aprender a sobrellevarme.

¿Por qué no me ovillo en el bolsillo del vacío y reposo infinita bajo el rostro de la ausencia?

Alguien me dibujó en el silencio y es dentro de mí donde los pájaros se enardecen.

   Negros pájaros en la noche; manos crispadas blandiendo sus alas.

 

© María Soledad Gutierrez Eguía

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2 comentarios:

Blogger María Soledad Gutierrez Eguía ha dicho...

Gus, ¡gracias!

29 de mayo de 2025, 20:43  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Como siempre, original y potente tu poesia. Me gusta tu estilo. Pauli

3 de junio de 2025, 12:58  

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