Poema de Eugenia Straccali
NAUSICAA
(Espera que Odiseo la recuerde)
Ordené a las doncellas
que se detuviesen
¿huyen por ver a un hombre desnudo? ¿creen que es un
enemigo?
es la desnudez de un náufrago
llegó desdichado
después de andar errante,
quiso salvarme y no pudo
y ahora soy yo
la que lo rescata
no sé bien de qué
y hasta me enfrenté al viento
y me dejé llevar
por la corriente del río turbio,
encendí el hogar
te cubrí con un manto
quiero aliviarte
de los regresos al mar
de las repeticiones
que los dioses
te envían
como condena
hombre hundido
como instrumento de tortura
y no te dejan agonizar
no te otorgan un minuto de reposo
a veces la tristeza se alarga
como las sombras en esta arena dorada visión
apenas cursa la noche
su hendidura en mí
sin voz
recelosa cruzo la violencia del páramo ¿dónde estás?
Soy Nausicaa...
Ahora
convertida en agua salada
puedo vernos
estuve ahogada lo sé
llevaste el tiempo sobre tu cuerpo
lo siento tanto...
Nos disolvimos
fuimos polvo,
roca deshecha
amonita perdida
en los arrecifes
fuimos corales
cristales en grutas secretas
cenizas dispersas
en las mareas
sombras de la medusa
y usamos para el viaje
los pliegues de esa eternidad
después
distantes
cuando perdiste la consciencia de mí
desataste tormentas para rescatarme de la muerte como si el
océano no me hubiera tragado esa vez, gritaste
y después
saltaste
yo te vi
lanzarte en la catarata oscura
me muero con vos -dijiste
y te enterraste
entre hongos, helechos y algas
no hay duelo en los bosques -me dije
y suspiré tu muerte
y antes de resucitar nací primera
asfixiada
por eso te recuerdo antes
y vos olvidaste
que fuimos ciervos
tal vez sacrificados...no sé.
Tenés que salir al mar
perderte en el oleaje
solo
y llevar nuestra bitácora antigua
en ese relato yo no estoy muerta
¿sabés?
Nadá
entre la tinta de ese pulpo y sus tentáculos
desde siempre
devorador de marineros.
Soy Nausicaa lo sé
(tengo mi libido huidiza)
ahora solo puedo
aquietarme
permanecer,
en una oscilación
en un parpadeo
en el poema
que me nombra
el humo distante de tu barco en el horizonte te funde en la
imagen de las islas perdidas
y son tus velas
blancura encendida
en esa fúnebre canción
que te tiene cómodamente adormecido
y me trae a tu memoria
como destellos lacerantes
anestesiado
porque me vuelvo letal para tus ojos entumecido
me volví cómodamente insensible -me dijiste yo estoy
desgarrada -te dije
quedate
no voy a morirme esta vez.
Y tenés que saber que cada ola
no es la última
es el inicio.
No vuelvas nunca a Ítaca.
© Eugenia Straccali
Etiquetas: Eugenia Straccali
13 comentarios:
Bienvenida Eugenia a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneas/os. Abz, Gus.
"a veces la tristeza se alarga
como las sombras en esta arena dorada visión".
Un poco del increíble poema. Bienvenida. Es para reelerlo varias veces.
Bienvenida Eugenia!
Qué belleza de poema!!
Bienvenida Eugenia! Héctor Ghidini.
Qué belleza de poema!!
Bienvenida Eugenia con tu maravilloso poema. No se vuelve nunca a la misma Itaca...
Es una poesía para releerla. Bienvenida Eugenia y tus poesías!!! Cristina Noguera
Bienvenida Eugenia! 👏👏👏👏
Hermoso poema, recorrer los versos de todo lo que fueron y navegar por el poema y las sensaciones que provoca!
Impresionante felicitaciones poeta
Nacemos y morimos muchas veces tratando de llegar a Ítaca, las vueltas del viaje interior son escabrosas. Bienvenida Eugenia !!
Buenísimo poema! Y bienvenida!!!
Alicia Márquez
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