Poema de Darío Oliva
CAVILACIONES
A mi hermano, Jorge Luis
“Vacaciones obligatorias”,
dijo mi hermano
al extenderme el mate
como un parte con contraseñas de yerba
y resignación sombría en la cara
cariacontecida, tremebunda,
con fatiga de herrumbre,
detenidas sus pupilas
en la fantasmagórica fábrica
que escupe a sus peones a la calle,
a resguardarse de los colmillos del hambre
con sobras de un sueldo a saldos
masticado por tarjetas de crédito en rojo,
y un mundo abismal
que se les cae en los hombros.
Me ocupo en estas cavilaciones,
con frío de agosto en los huesos,
para robar un mendrugo de pan al insomnio,
y hacer como que escribo en un diario íntimo
que abre sus ojos a cuchillos
cuando el día llega somnoliento
y la pava rezonga
por un
sol estancado en la garganta.
No tarda en llegar la lluvia,
tose el reloj y se me escapa
este exabrupto de melancolía.
© Darío Oliva
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