Instrucciones para cuando pase el viento
Cuando se rinda el viento
habrá que acercarse al pasto
despacio y en cuclillas
disponer las manos
en posición de caricia
para levantar del jardín
todos los restos.
Pétalos de Santa Rita
desparramados en plegarias
uno a uno en ceremonia
el lirio herido como un pájaro
los racimos de glicinas
y del jazmín el aroma.
Es necesario ahuecar
la palma de las manos
para amparar allí las alhajas caídas
llevarlas al corazón
abierto
aunque sangre.
Recién entonces
respirar muy hondo
hasta escuchar
como late otra vez la belleza.
© Analía Florio
Ojalá Analía que el viento pare.
ResponderEliminarGracias por tu poema.
Abrazo,
Alicia Márquez
Cuidar el jardín como a un ser delicado que depende de nosotros. La belleza crea más belleza. Y el viento... pasa. Hermoso poema. Abrazo.
ResponderEliminarmuy hermoso, me sumo a tu deseo. Me encanta el final.
ResponderEliminarHermoso poema .Expresa la ternura y el amoroso cuidado hacia el jardín. Me gusta mucho como describe las posturas del cuerpo en este acto que sugiere un ritual.
ResponderEliminarJuany Rojas
Me encantó Analía. Muy hermoso!
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