AGUA
El agua
ese otro animal que me habita
sostiene
el vértigo.
Mis manos grandes
como el desamparo
atraviesan un puerto infinito.
Escribo
para sostener mi boca
y no acallar nada detrás
de
la infame puerta.
Agua
grande
como el dedo de Dios.
LOS OJOS DE DIOS
Me preguntaron
¿De qué color son los ojos de Dios?
Dicen que son azules
como la huella de un pez.
Otros dicen que son rojos
Como la piel del mundo.
Algunos que son grises
Como la espalda de los vencidos.
O verdes
Como el vuelo de las mariposas.
O negros
Como un túnel del cual nunca se saldrá.
Tal vez sean blancos
Como la fe en los relojes muertos.
© Carlos Norberto Carbone
Triste y bello... Y viceversa
ResponderEliminarBesos Danita. Carlos Carbone
Eliminarmuy hermoso poema, lleno de imágenes potentes!
ResponderEliminarGracias Claudia. Carlos Carbone
Eliminar"Escribo para sostener mi boca" y el agua traspasa tu poema Gracias
ResponderEliminarGracias Leonor
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