Poema de Fabián Leppez
Hilo de luz
Nos abrazamos
y el cartón corrugado que abriga
nuestro pecho se moja.
Las palmas ardientes almidonan la espalda
y es la jeringa un escopetazo al alma.
Mi pera en tu hombro se hunde
como un durazno machucado en la tierra
y es el arcoíris de la sonrisa
un pináculo inservible.
No funciona la marcha atrás
en las caricias que contornan
la angustia congelada dentro
de una botella.
El sol afila sus gases
entre medio de nosotros.
Siento en tu abrazo el calor de un bisonte.
La vida es eso que arranca
cuando nuestros dedos dejan de mejorar
las ondas desparramadas del fuego.
© Fabián Leppez
Etiquetas: Fabián Leppez
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