6/11/24

Poema de Alejandro Méndez Casariego

 


Tendríamos que trabajar el poema

sin afán desmedido,

hundirlo en el sector del pensamiento

en el que se confunden

las larvas con el humo de incienso;

pegarlo a la membrana

más dócil y doméstica

como si se tratara de empollar

los huesos de la noche

en el vacío 

que deja el repliegue del sonido.

 

Recién entonces

mover los cascabeles.

 

© Alejandro Méndez Casariego

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5 comentarios:

Blogger laura ha dicho...

Es tan difícil decir con palabras lo que este poema despierta. Es como presentir un fantasma moviéndose detrás nuestro, pero se escapa si queremos verlo.

7 de noviembre de 2024, 14:51  
Anonymous Anónimo ha dicho...

A mover los cascabeles y que surja el poema! Bravo Alejandro, Alfredo Lemon

7 de noviembre de 2024, 17:19  
Anonymous Mariaelenamarlink ha dicho...

Hermoso. Un placer leerte

9 de noviembre de 2024, 13:37  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Empollar los huesos de la noche...muy bello. Fabiana León

9 de noviembre de 2024, 20:16  
Anonymous Analía ha dicho...

Que bello poema!

10 de noviembre de 2024, 15:12  

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