Dejar pasar el poema.
Permitir que ese impulso de belleza soplada,
simplemente gotee,
que sea breve el instante
en que la luz se imponga
y aérea la memoria.
No escribirlo
para que crezca libre del sello de mi nombre
y no contenga ninguna circunstancia.
Allí estará, de todos modos
y será limpio y vasto su contorno.
© Alejandro Méndez Casariego
Bello poema!
ResponderEliminarBello bello bello
ResponderEliminar"No escribirlo"...Buenísimo! Me encantó
ResponderEliminarUn soplo de belleza, gracias.
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