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3/7/24

Poema de Misael Castillo

 


Las manos

 

El cuerpo respira

aunque las marcas

lo atraviesen.

 

Respira

como una yegua

que se agita en una arriada.

 

Debe haber alguna forma

de sostener

un cuerpo que agoniza.

 

¿Cómo se aproximan

las manos ajadas

que intentan detener

ese avance irreversible?

 

Hay, sin dudas,

un estado perfecto

para la mano

que acaricia.

 

© Misael Castillo

4 comentarios:

  1. Bello poema. Me quedé degustando con los ojos ese "estado perfecto".

    Saludos 🤗

    Darío Oliva

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  2. Hay un estar en el mundo para la caricia !!! Bello Misa !!!

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  3. Bellísimo Misael.

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