la casa se ha vuelto una cueva diminuta
donde resuenan en altavoz
sus movimientos
la puerta, los pasos arenosos,
otra puerta que se desliza
más pasos, ahora
amortiguados por la alfombra
qué hace, qué piensa
qué esconde ese ir y venir
ese zumbido de juguete
quedándose sin batería
no puedo aguantarme y la busco
con los ojos, suculentos
quiero ver
quiero verla
qué castigo, por dios
esta manía
de querer verlo todo.
© Natalia Leiderman
Hermoso poema !!!
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