Poema de Dardo Passadore
Flama
La miraba.
y cada corte de la llama
era una estocada
sangrienta en la madera roja,
hipnótica y vil.
Así estaba.
Abstraído en
imágenes.
No hay parpadeo
ni ceños fruncidos.
Quizás un poco de candor
ante el beso de la muerte
© Dardo Passadore
Etiquetas: Dardo Passadore
3 comentarios:
No hay parpadeo
ni ceños fruncidos.
Bello, Poeta querido!!
Mirian Rosana Farias
Este poema te lleva casi sin querer a ese final. Abrazo!
Bellísimo! ardiente! Se lee sin parpadear!
Abrazo
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