19/5/24

Poema de Celina Feuerstein

 

 

Decía el hombre: He venido a morir acá

donde cada pájaro me conoce. Y así fue,

murió a los pocos días. Miles de macucos revolotearon

alrededor de su tumba y no sabemos

si lo llamaban o era un canto triste

de despedida

¿Existe acaso el adiós

en el mundo pajarero?

 

Surucuáes y tucanes de pecho verde

sobrevolaron el lugar, parecían flores  

sus picos rojos ¿Por qué aparecen ahora

las campanitas que yo juntaba

en mis veranos cordobeses?

 

Salirme de aquellos días es despertar

de un sueño. Pájaros y flores velan

el descanso del hombre y de la niña.

 

© Celina Feuerstein

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2 comentarios:

Anonymous Maria de los Angeles Fornero ha dicho...

Es muy bonito tu poema lleno de pájaros Celina. Campo abierto. Poema lleno de alas.

26 de mayo de 2024, 21:08  
Blogger laura ha dicho...

Un recuerdo, casi una ensoñación, y el despliegue bello de los pájaros. Te abrazo.

28 de mayo de 2024, 11:55  

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