15/4/24

Poema de Washington Atencio

 


Sembrado

 

Somos injertos

Robin Myers

 

No conozco el bosque pero me lo invento

pienso en un campo

lo complejizo

y la imagen me conforma.

Los abedules me ignoran

pero esta tarde me invaden destellos

olores dorados del campo que me sembró.

 

Un bosque es un bosque

recordás

y la palabra se pliega

porque sabe de límites.

 

Bajo mis pies crujen

hojas escritas de ambos lados

y juego a que corremos en la siesta tibia

mientras una luz se filtra

y nos tatúa monedas amarillas

que serpentean en los brazos

y escapan con el viento.

 

En tu boca

el jugo del abedul es más jugo

y no hay lengua ni papila

que traduzca el sabor.

Un latido efervescente

patea bajo el tronco

y aguarda el corte que es parto.

La herida se abre

y el jugo más suave

es reptil por la corteza.

 

Plantado en bosque extranjero

me expando hacia abajo.

 

Soy hongo, rama, fruto,

tajo, savia, resina

me vierto           

chorreo

me derramo

endulzo raíces

impregno la tierra.

 

© Washington Atencio

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2 comentarios:

Anonymous Pauli ha dicho...

Me encantó este poema, tan ecológico.

23 de abril de 2024, 13:30  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Precioso poema! Gracias querido poeta! Abrazos!

27 de abril de 2024, 14:21  

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