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18/3/24

Poema de Ariel Ovando

  


Nada nos había preparado para el sol

             que nos amanece las venas

                con la vida del colibrí a flor de labios

 

para este día coronado de flores negras

             donde los pájaros vuelven a cantar

para alargar la majestad del día o del tormento

 

cabezas de chorlito

en la ciudad que crece

y se deforma detrás del vidrio

 

cabezas de pajarito

sobre los lechos pueriles y lunáticos

 

turbia eternidad

donde las ropas y los cuerpos

cuelgan

        de la humanidad en llamas

        de multitudes que aúllan

al fondo del espejo

 

nada nos había preparado

para ser menos que eternos

ni morir como tantos

en el orgasmo

             o en los sonidos de la infamia

con las palmas hacia la altura vacía

 

cabezas de chorlito

 

el otoño nos haría oler

el tiempo en pueblos melancólicos

           inclinados hacia el relámpago del vino

 

el canto arduo y misterioso

de la tierra ceñida por negros pájaros.

 

© Ariel Ovando

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