Dios es una presencia inexistente
I
El viento que te empuja
no es un viento.
Es la ira de Dios.
Dios
es un viento que empuja.
II
¿Dónde te lleva la ira?
¿Dónde el destino de
esta locura?
Un diamante
tallado por el silencio
nunca responde.
III
¿Es necesaria una respuesta?
¿Hay una pregunta?
¿O la vida es eso:
responder
a una pregunta inexistente?
IV
¿No abruma esa presencia
sin cuerpo
muda?
¿El silencio del padre
no sanciona
la supremacía de la madre?
V
Diosa de la palabra:
sé mi viento
dame
un sentido.
© Eduardo Mileo
Potente voz la del autor Eduardo Mileo, que no descarta entre sus recursos a emplear la alusión y la elusión para reforzar su capacidad de impactar en la sensibilidad del lector.
ResponderEliminarUna sensibilidad que reclama a la poesía por las preguntas esenciales del ser
ResponderEliminarEl poeta le pide a la palabra, la reverencia en busca del sentido.Muy bueno!
ResponderEliminarCoincido con las palabras del querido Luis y de Margarita. Mi abrazo, jm
ResponderEliminarUn poema de preguntas que nos rondan y en un lugar mítico la palabra. Saludo Eduardo Milei!
ResponderEliminarun poema muy especial.
ResponderEliminarSaludos.
Anahi Duzevich Bezoz
Maravilloso♥️🦋
ResponderEliminarLas dudas existenciales. Muy bueno.
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