28/2/24

Poema de Ignacio Villanueva

 


agotado

me acuesto no duermo

no siento el silencio de la muerte

como noche detenida en luna

las cuatro estrellas que observo

no duermo

miro el techo

clavan los ojos una sirena que parte el asfalto

giro

bostezo largo

almohada ladrillo

grita una mosca el abrazo telaraña en la mesita de noche

otra vez al centro

lágrima camina mi nuca y bendice la funda con olor a silencio

no duermo

miro el techo se abre desnuda y abraza

la angustia

amanece en gallos que sacuden desde los alambres sus hormonas en garras

otra vez la luz

la ventana

otra vez todo hasta la noche

que confirme tu ausencia.

 

© Ignacio Villanueva

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Una belleza lo de los gallos que sacuden los alambres

4 de marzo de 2024, 16:50  

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