Llega el cartero
un servidor público
que sigue siendo
tan necesario y
en mi caso, también celestino:
trajo tu postal de amor
por aquellos años.
Es lunes y llega el cartero
entonces
el día más difícil de habitar
a mí me sabe diferente
cuando me entrega
tres libros en las manos.
Me detengo en uno de los títulos: Infancia.
Un escalofrío me deposita
en ese pedazo de la vida
donde tuve
que hacer un hueco para salvarme
de temibles pesadillas.
¿La lectura puede
enmendar pedazos?
© Graciela Ballesteros
Gracias Gustavo ♥️🦋
ResponderEliminarSí, la lectura, y la escritura, puden. Gracias, hermoso
ResponderEliminarMuchas gracias❤🦋
EliminarGraciela: Tu escritura el recordar, enmienda y sutura los retazos... Alfredo Lemon
ResponderEliminarGracias mi querido poeta.❤🦋
EliminarNo sé si enmendar pero sí proporcionar olvido.
ResponderEliminarEl cartero, un personaje en vías de extinción.
Me encantó tu poema, Graciela.
que la lectura nos remiende la infancia, Gra!
ResponderEliminarque así sea
Gracias por el poema
claudia