23/2/24

Poema de Gabriela Delgado

 

 

Mariano

 

Una cascada en el juego de dominó

provoca, en mí, un embotellamiento.

Desencuentro de espacios.

Mi documento

me ubica cincuenta años después

en la línea de la vida.

Sin embargo él, mi abuelo Mariano,

fue mi amigo.

Me enseñó el valor de lo sencillo,

a llevar la juventud en los ojos,

más allá de las arrugas.

Pan y manteca con azúcar por la mañana

y su mano carpintera esperando el paseo.

Este juego encadenado de relojes

gira a ritmos distintos.

Él pasado. Yo futuro.

No puedo hallar la forma de desarmar

este engranaje perverso de soles

para detener el tiempo.

Para negar la muerte.

Para traerlo al presente

en un ir y venir de hamacas,

permanecer niña.

Eternamente.

 

© Gabriela Delgado

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2 comentarios:

Anonymous Graciela Ballesteros ha dicho...

..este engranaje perverso de los soles... hermoso poema. Gracias. ♥️🦋

23 de febrero de 2024, 17:15  
Blogger claudia tejeda ha dicho...

Gabriela! qué modo de detener el tiempo en un poema, puedo ver a tu abuelo Mariano y a la niña que aún lo espera.

Abrazo fuerte

Claudia

1 de marzo de 2024, 12:05  

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