"Me divorcié"-dijo-"hace
unos meses.
Y hay un conflicto. Por los chicos.
Tuve que mudarme a casa de mamá.
Y dejé la carrera. No podía.
Me convertí al budismo tibetano
y así sigo adelante.
¿Quisieras que te invite a una
reunión?"
"No"-contesté-"por ahora no.
Te lo agradezco.
Pero contame, por favor
¿qué es de tu vida?"
(Estábamos sentados en el patio
bebiendo limonada helada.
El sol comenzaba a caer
y dos benteveos
se llamaban
y se perseguían
de rama en rama)
© Daniel Rafalovich
Qué belleza este poema! Gracias poeta! Abrazos!
ResponderEliminarGracias, Gus. Gracias, Sandra.
ResponderEliminarMuy hermoso!!!
ResponderEliminar¡Qué bonito!
ResponderEliminarPerfecto poema. Gracias miles Dani y Gus💜
ResponderEliminarExcelente entrega! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarLa vida en el poema... gracias
ResponderEliminarProfundo...
ResponderEliminarBelleza poética
ResponderEliminarGracias por la belleza!!! Aura Re
ResponderEliminar¡hermoso, Daniel!
ResponderEliminar