19/1/24

Poema de Andrea Marone

  


Si un hermano está lejos

puede doler cada kilómetro:

diez mil novecientos cincuentaisiete

son muchos. Han pasado

unos meses —que metamorfosis

años— y es difícil crecer

como el potus que mudado

de maceta; papel corrugado,

cemento y poliéster,

echa raíces lejos del jardín.

El parasol de los años

hace sombra sobre

mi reloj de muñeca

¿Cuándo es hora de volver?

Somos una convivencia analógica:

en la cuna apenas movías

las manos con ansia

por dar cuerda a la vida.

Trompo, juguete de madera,

pista de autos con sabor a partida.

Un hermano es, también,

un talismán de luz enriquecida

por los recuerdos que desentierro

entre la maleza, excavo, paladeo

sacando el polvo de la casita de ramas

y polvo que construimos en el Olivo.

Es un lugar sagrado —para mi,

que apenas rezo las tardes lluviosas—.

 

© Andrea Marone

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2 comentarios:

Blogger Silvina Vuckovic ha dicho...

¡Qué delicia cargada de imágenes leer este poema intenso al hermano! Felicitaciones, Andrea. Gracias, Gus

21 de enero de 2024, 10:16  
Anonymous Belkys Sorbellini ha dicho...

Me conmovió mucho! "Un hermano es, también, un talismán de luz enriquecida"

27 de enero de 2024, 19:52  

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