Poema de Héctor Gabriel Ghidini
Amanece
Hola día, le digo, cuando el zorzal ya
abunda,
y el canto natural fluye amigable,
los ojos se agudizan con pupilas del alma
y buscan en las luces arpegios que la
exalten
pese a esa cruel sirena de tono policial
yo recuerdo silencios, angustia de otros
tiempos
y hago un ovillo ovoide con toda mi
memoria,
siempre que el hombre escucha, algo
acontece
pero ya lo sufrimos, nos invadió el cemento
sólo nos quedan árboles en lucha
y el aire se programa, se llama urbanidad
de taxi en taxi apenas, un colectivo pasa
con su tos desgarrada por el humo final
como todo habitante de la noche que vuelve
cansado, en el trajín por transportar los
sueños,
ya tantos acopiados, que semejan derroches
un perro ladra solo, sin convicción alguna
ladra a un ladrón lejano
¿será a la vieja luna, que apaga los
faroles
y él cree que entre las nubes ya le robó la
noche?
Amanece, y el día es un huevo que estalla,
se van solas las sombras de su escondite
negro
y aparecen las formas que dibujan actores,
los pequeños titanes levantan el telón,
todo viaja en la luz, hasta el olvido.
© Héctor Gabriel
Ghidini
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